Desde la antigüedad las civilizaciones y comunidades han establecido un nexo único entre la forma de comunicación con cada uno de los aspectos que componen a la “fértil tierra”, y es que su fertilidad depende únicamente de sus creencias, de las ofrendas que demuestran la veneración hacia ella.
Los rituales que se llevan a cabo en algunas de las principales y más culturales ciudades del país andino, son un retrato vivo de las ceremonias ancestrales del antiguo pueblo, que, aunque parezca incierto, son practicadas en la actualidad por las mismas personas que han traspasado siglos de generaciones y que viven y respiran cada día la verdadera cultura andina.
Se le denomina como Haywaikuy, que son ofrendas a la tierra o Pachamama, denominada así por los antiguos incas que en sus creencias de tener buenas cosechas brindan ofrendas de diversas clases; actualmente esta costumbre se ha extendido a los Andes centrales de América del Sur.
Una ideología compuesta por las simbólicas representaciones de la naturaleza: como principal fuente el Inti o sol (una de las entidades más importantes), la madre naturaleza o Pachamama (encargada de la fertilidad) y los Apus (espíritus que habitan en las montañas); toda esta mezcla de poderes sobrenaturales son los que mueven a estos pueblos a tener esa gran veneración y a servir a las grandes deidades como bien ellos las describen.
Las ofrendas a la tierra pueden variar desde hojas de coca (para la cosmovisión andina son las mediadoras entre la naturaleza y lo humano) variedad de semillas de cereales, plata no trabajada, sullus (fetos de llamas u ovejas), chicha, vino, grasa de animales, dulces y huairuros (semillas rojinegras con poderes simbólicos y mágicos).
Este es un rito que comienza el primer día del mes de agosto y continua durante todo este mes, que es cuando la tierra necesita nutrirse, por eso la importancia de ofrecer cultos en esta época. Si bien son algunas las ciudades dónde se practica este rito, mencionamos una de las más conocidas, que es Cusco, dónde el “altomisayoq” o “yatiri” que es una persona que puede comunicarse con el mundo de los espíritus ofrece el “despacho” y luego todos se reúnen y piden en oraciones para los suyos o para sí mismos. Se representan a las deidades como Apus y Pachamama (símbolo de masculinidad y de feminidad).
Desde el siglo XVI hasta la era contemporánea los rituales aún conservan su misma intención, la de agradecer a la madre tierra por los regalos que nos brinda, como son los alimentos; estas ofrendas tienen un origen y aunque pudieron venir de cualquier parte, es un hecho que estas costumbres hacen del Perú un país intrigante, que guarda muchos secretos y que también nos muestra algunos.
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